CREACIONES / 2022
ONE NIGHT AT THE GOLDEN BAR
He llamado One night at the golden bar a la experiencia de vulnerabilizarme para encontrar la belleza que aparece en la declaración de amor cursi, afectada, desfasada y queer. Escribiendo desde el éxtasis y desde lo romántico, apareció el orador y la investigación de la voz cantada y musicada; en definitiva quería encontrar un canto que ponga en evidencia la fragilidad de los afectos desde la mirada marica. Quiero invocar desde algún tipo de cielo inventado a la figura del ángel, preguntarme sobre cuáles son las identidades que están en ese lugar vulnerable y monstruoso al mismo tiempo y cómo vamos a proteger a estos cuerpos cuando se expongan en su fragilidad. Para entenderme me digo que esto va de lo que los fuegos del deseo y el amor hicieron con mi cuerpo y mi lenguaje pensando en otros hombres. En el camino me aparecen todas las grietas sin resolver que forman parte de lo inabarcable asociado a lo romántico; las tensiones entre las teorías que formulamos para inventarnos nuevas formas de relacionarnos con la toxicidad masculina y la heteronorma y al mismo tiempo la capacidad de caer enfermos de deseo ante El Hombre que ara la tierra. Esa grieta es esta performance. Aunque también puede ser el ataque que Ana Torroja canta en la Fuerza del Destino cuando dice «una noche en el bar del Oro me decidí atacar«. Y también podría ser lo que dijo Rilke: «todo ángel es terrible«. O todas esas otras cosas que veo cuando canto al amor pero no entiendo.